Friday, November 21, 2008


RADIO TALIBÁN vs RADIO MADRID:
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En mi mundialmente conocido monólogo "la Ambición Castaña" (perdonad el autobombo, pero como ya sabéis, soy mi propio servicio de prensa) digo:
"El ser humano es propenso a generalizar. Le basta con que una rubia se queje de que oye música cuando pone Radio Talibán para deducir que las rubias son tontas".
Pues por lo visto le ha salido una competidora a Radio Talibán, y ésa no se esconde en lejanas cuevas afganas sino que opera a la luz del día en el mismísimo Madrid. Se llama Radio Madrid.
El ayuntamiento acaba de cerrar un par de discotecas y la famosa sala de concierto La Riviera. Vayamos por parte.
El cierre de las discotecas:
Que tras el triste fallecimiento de un chaval el fin de semana pasado en una discoteca, pongan las narices en el submundo de los porteros puede ser una medida de salud pública. ¿Sabéis la diferencia entre un Doberman y un portero?
Hay Dobermans simpáticos.
No sé dónde reclutan a los porteros, pero parecen que la mayoría son snipers serbios reconvertidos en cancerberos casi humanos. Por más educado que estés a la hora de entrar en una disco, te tratan como si fueras un delicuente. Igual lo eres. Por querer entrar a toda costa en un sitio dónde van a cobrarte garrafón a precio de champán francés. Y cuando te dejan pasar, tienes que estar agradecido...
Ahora, que el señor Gallardón aproveche las supuestas medidas de seguridad para cerrar lo que era casi una de las únicas salas medianas de concierto en una capital europea nos deja sin voz.
Y a los que no han dejado sin voz, pero sí sin sala para tocar han sido a los catalanes Sidonie que tenían un bolo allí hoy, para más inri el último concierto de su gira. Al final van a "realojarles" en la sala Joy Eslava, de aforo más limitado.
Eso contaban ellos mismos ayer por la tarde en la calle, pues como artistas cachondos que son, han estado tocando en Sol, al lado de unos mariachis mexicanos. Unplugged, tal unos músicos noveles e motivados, creando una aglomeración de seguidores y de curiosos a su alrededor.
Y lo han hecho con el sutil sentido del humor que caracteriza tanto las letras de sus canciones como sus actuaciones en general. No han pasado el sombrero, no. Se lo han quedado en la cabeza, pero sí se pusieron a hablar con la gente.
Le propuse un intercambio conceptual a uno de los músicos: que nos mandaran a Jordi Hereu un tiempo, a cambio de que les enviáramos a Albertito. Si el intercambio resultara positivo, nos quedaríamos con el alcalde de Barcelona.
Por cierto Barcelona no será una ciudad perfecta, ni lo es Madrid, tampoco París, pero París puede jactarse de sus numerosas salas de concierto medianas.
Ante la desaparición de las penúltimas salas madrileñas, propongo que teleportemos salas parisinas como La Cigale o l'Elysée Montmartre cada vez que haga falta. Pero un poco crudo lo tenemos. Si no me créis, preguntádselo a los ingenieros del LHC de Ginebra que se lían los sesos a la hora de teleportar un miserable protón...
Así que ante las dificultades que supone la teleportación, nos queda preguntarnos por qué han cerrado la Riviera.
Alegan cuestiones de licencias. Subtexto: ¿será que el cierre es un efecto colateral de la operación guateque?
¿Produce la Riviera algún tipo de contaminación acústica en los paraderos? Pero si no hay casas al lado. La sala está a la orilla del río más conceptual del mundo: el Manzanares.
¿Qué pasa entonces? ¿Los decibelios de los conciertos molestan tanto a las truchas gigantes que se vuelven hermafroditas? (lo mismo les pasa a los mejillones vascos, ver post del mes de setiembre).
Por cierto no me molestaría nada saber que la Rivera cerrara temporalmente por obras, ya que no sería ningún lujo que los dueños adecentararan el sonido. Los que conocemos el sitio lo sabemos: la acústica deja tanto que desear que más fácil lo tendrían los grupos al tocar en una plaza de abastos. Aún así, el cierre brutal sigue siendo un enigma.
Aunque tras pensármelo, me digo que hay a lo mejor toda una estrategia por debajo.
Tras el éxito relativo que supuso aquella feria comercial disfrazada de festival - Rock in Rio/Mad (ver post de julio), a las autoridades se les han ido la olla: Madrid ha de ser un polo de atracción para las divinidades musicales, para las estrellas de la globa.
El Palacio de los Deportes, hay que llenarlo a toda costa, y también el Bernabeu, y Ventas, y hay que volver a utilizar el recinto ferial de Arganda del Rey. Cultura del pelotazo aplicada al "arte". Megalomanía por doquier.
Los artistas más humildes en el sentido en que su especificidad no mueve a las masas sino a un público más exigente ya no tienen su sitio aquí. No son imágenes corporativas del Corte Inglés, no interesan en un mundo que quiere parecerse cada vez más a escenas de Minority Report. No caben en la Matrix.
Al otro lado de la cadena musical, quedan humildes salas de barrios, permanentemente amenazadas por cierres, donde tocan grupos noveles. El hecho de que supriman las salas intermedias hacen que aquellos grupos estén condenados a quedarse muy pequeños.
Queda myspace, dirán algunos. Vale. Pero por más genial que sea este medio de promoción - es lo que es - no sustituye a la energía de una banda que toca en directo.
Así que si las cosas siguen igual, Madrid va a quedarse sin música. Como Radio Talibán.
A los grupos que no pertenecen a la mercadotecnia ¿les quedará la calle?
Hasta que una orden municipal prohiba cualquier tipo de música al aire libre que no esté patrocinada por Telepizza y Burger King.
¿Cómo será la banda sonora del futuro?
(Collage de servidora. En el centro: Marc Ros, cantante de Sidonie. Que yo sepa, él no ha sido modelo de Emidio Tucci hasta el momento).
Post dedicado a Graciela y Raquel.

3 comments:

gaspashá gorkovskaya said...

Precioso collage, querida Lady Googla, y totalmente de acuerdo con tu maravilloso artículo. Cuando rehicieron el palacio de los deportes, todos abrimos un minúsculo hueco a la esperanza de que Madrid tuviese más salas listas para conciertos de toda índole. Pero teniamos que seguir conformándonos con lugares de sonido pésimo como la riviera -que lo hayan cerrado es lo que cuentas y estoy de acuerdo contigo-. Por otra parte, nunca respetan el aforo, ni en discotecas, ni estas salas. Ir a un concierto se convierte en una suerte de suicidio colectivo, e ir a un festival ya ni te cuento. Este verano estuve en Londres viendo a my bloody valentine en una sala mediana con la que muchos soñamos en Madrid: se trata de la Round House, en el barrio de Candem. Primero, respetan el aforo; segundo y consecuencia de lo primero, tu espacio vital no corre peligro; tercero, hay baños por todas partes y terraza para el que quiera fumar sin molestar al que no fuma; cuarto, el sonido es espectacular... en fin, que luego vuelves a ese Madrid que nos quieren vender, ese Madrid al que todo el mundo viene porque hace mucho sol y es muy divertido y es de lo que se vive en España, y el alma se te cae a los pies, y el espacio vital también.
Por otro lado, pienso igual que tu con respecto al tema porteros, pero ya lo hemos hablado muchas veces, en este país tiene que pasar algo gordo para que reaccionemos, entretanto somos expertos en criticar, poner a caldo, y blablabla, pero hasta que no pasa algo gordísimo, solo se queda en blablabla. Los porteros, al igual que los vigilantes de seguridad, deberían tener el rango de agente de policía o algo similar, que pasasen exámenes de todo tipo, y que su última opción, fuese la de matar (y la primera opción, no tratarte como un delincuente cuando entras a un sitio en el que te soplan el dinero por ponerte garrafón).
Conclusión: hace tiempo se me quitaron ya las ganas de ir a discotecas, y a lo largo de este año también se quitan las ganas de ir a conciertos (solo mereció la pena el de The Cure, porque la acústica del palacio de los deportes es genial, el de REM estuvo bien, pero la plaza de toros, es la plaza de toros...).
Besazos gélidos.

Modesp said...

La verdad es que te me has adelantado una vez más. Justo estaba pensando en escribir sobre el vergonzoso cierre de la Riviera, de un día para el otro, después de meses y años de muchos locales en la a/ilegalidad. No importa el daño que se haga a los locales y aficionados, lo importante es contrarrestar las muy fundadas acusaciones de chanchulleo con los locales, su no control, los sobornos para hacer la vista gorda. ¿Recordáis el caso Guateque? Ahora para la apaciguar a la jauría pepera que no tolera que se haya matado a un alumno del pijísimo Monte Tabor se les sirve en bandeja la cabeza de 4 discotecas, quizás las que han soltado menos pasta o los menos amiguetes. Qué vergüenza de Gallardón y de PP de Madrid!

Ricardo Guadalupe said...

Es realmente alarmante. En los últimos años no paro de ver cómo tratan paulatinamente de cargarse a la noche madrileña. Primero fue la restricción de los horarios, luego el cierre de locales, la prohibición de beber en la calle,... Y sin ofrecer alternativas… Hoy por hoy a partir de cierta hora sólo hay abiertas unas pocas discotecas atestadas de gente y donde no se puede hablar. Está visto que buscan que nos acostemos tempranito y que seamos unos aplicados currantes que sólo pensemos en producir y en cotizar.

En realidad se trata de eso, de que pensemos lo menos posible. Los locales no dejan de ser lugares de reunión donde pueden surgir ideas y movimientos con los que se pueden sentir amenazados los que ahora tienen el poder. Y eso no lo pueden permitir de ninguna manera, prefieren imponernos un único sistema y hacernos creer que lo estamos eligiendo libremente.

Esto de lo que estoy hablando no se restringe sólo a los locales. ¿Os habéis dado cuenta de que cada vez hay menos bancos en la calle? Mi madre me cuenta que antes las personas pasaban horas muertas sentadas en los bancos charlando con vecinos o amistades. Eso era cuando Madrid era una ciudad más acogedora y cuando pararte a hablar con alguien por la calle era más sencillo. Ahora se promueve el ir de casa al trabajo y del trabajo a casa, como si quisieran que las calles por la noche se quedaran desiertas, del mismo modo que ocurre en otros países europeos. Pero el carácter abierto y comunicador siempre formó parte de nuestra identidad. ¡Que no nos lo intenten pisotear, por favor!

Mención aparte merece el Metro. Ahí proliferan las pantallas con información manejada por el gobierno de la Comunidad de Madrid en andenes y vagones. Justo para no permitirnos pararnos a pensar o mirar al infinito si nos apetece ni en el tiempo que utilizamos para trasladarnos al trabajo. Esto se llama acoso y derribo. Por cierto, Isabelle, creo que lo de las pantallas en el Metro daría para un post entero. Ahí dejo la sugerencia ;-)

En fin, creo que a estas alturas está claro lo que pretenden los que gobiernan en Madrid. En lo que todavía tengo alguna esperanza es en que la gente reaccione y rechace el modelo que nos quieren hacer seguir. Para ello hay que machacar y repetir mensajes como el tuyo, Isabelle, pues las voces de los políticos tienen mayores medios, pero al final el que manda es el pueblo, basta con creer en ello, no ser sumisos y hacerles ver, mediante una demostración de poder, que tenemos una entidad propia, con un pensamiento independiente.

Vaya, me he enrollado muchísimo. Pero es que este asunto me inquieta de verdad. En definitiva, yo apuesto por seguir soñando.

Un fuerte abrazo.