Tuesday, December 04, 2007



CHIMPANCÉ EL MEMORIOSO


A las palabras - ya sabemos - no hay que sacarlas de su contexto a no ser que queramos (mal)interpretarlas a partir de una secuencia truncada e inventar realidades y hipótesis paralelas a las que planteaban inicialmente en su globalidad.


¿Y a las noticias? ¿Hay que sacarlas de su contexto también? Pero ¿qué es el contexto de una noticia? ¿No será sencillamente el mundo entero, o quizás más bien el mismísimo cosmos?

Es agradable la idea ya que ayuda a relativizar. Por ejemplo ¿qué son las nacionalismos comparados con la inmensidad de la galaxia? ¿Una broma cósmica o un detalle histórico?

Pero no quiero aludir demasiado a los nacionalismos ni echar leña al fuego (que ya arde por sí solo como si se retroalimentara de sus propias cenizas) en una semana en la que los espíritus caldeados buscan polémicas a toda costa y en algunos casos a espaldas de las víctimas. Prefiero hablar de nuestros amigos los monos y a través de/gracias a ellos empezar una nueva temporada para este blog. De aquí en adelante, voy a utilizar este espacio para cruzar dos noticias que no tienen mucho que ver a primera vista.


¿Por qué? Aún no lo sé y os advierto que va a ser algo experimental. Me digo que una mala noticia puede ser compensada por una buena, que una buena puede ser matizada por una mala, que dos noticias buenas combinadas pueden ser la hostia y que dos malas asociadas pueden darle toda la razón al señor Murphy, pero he de confesar que tampoco sé lo que son las noticias malas y las buenas en cuanto a temas de sociedad se refiere.


Aprender que España sale mal parada en cuanto a educación según un informe de la OCDE e incluso que retrocede en matemáticas y en comprensión de texto no es a primera vista para tirar cohetes, pero al mismo tiempo nos llega una noticia de lo más alentadora : según el estudio de unos investigadores japoneses, un chimpancé tiene mejor memoria que un estudiante, por lo menos una memoria inmediata, pues nuestro querido primo peludo puede memorizar una sucesión de números más deprisa que un universitario. Acojonante. Es cierto también que los jóvenes se drogan mucho hoy día y por eso a lo mejor se les va un poco la pelota.


Lo del chimpancé en sí es bastante buena noticia porque si tienes miedo a perder el móvil, sólo tienes que pedirle a tu mono que se aprenda tu agenda de memoria (tiene que ser un mono más listo aún que el del estudio, uno que sepa leer y distinga entre "María" y "Marta" por ejemplo o entre "Alberto" y "Alfredo". Ha de ser un chimpancé alfanumérico, claro).


Ahora claro, si cruzamos las dos informaciones, es aún mejor noticia.
El gran Kubrick quiso demostrarnos en 2001 : una odisea del espacio que habíamos evolucionado desde el mono hacia nuestra condición actual y que todos iríamos a convertirnos en unos solitarios viajando en unas naves espaciales, pero puede que tanto él como Darwin se hayan equivocado y que se vaya a dar el caso contrario : el chimpancé es el porvenir del hombre.


Es peligroso imaginar un cosmos lleno de naves pilotadas por un sólo hombre. Aparte del desgaste ecológico que supone y de la cosmobasura que engendra, no podemos dejarles el mando de tales máquinas a unos chavales incapaces de leer tres frases seguidas sin perder el argumento y de memorizar 10 miserables números. Si algo falla en la nave, imaginaos a esos pobres cortitos de neuronas obligados a zambullirse en un manual de vuelo interespacial complejo en el que se crucen retorcidas fórmulas retóricas y logaritmos neperianos. Y por más señas si te pones a pensar que muchos de ellos se sacan el teórico a duras penas, prefieres olvidarte de un espacio lleno de naves descontroladas. Vaya hostias galácticas irían a darse los casi analfabetos de los tiempos posmodernos ...


Pero nuestros amigos chimpancés, sí, podrán pilotarlas y crear colonias especiales para huir de un planeta saturado. ¿Un planeta saturado? Pero ¿de qué?

Dado que monos y hombres vamos a intercambiarnos los papeles, nosotros humanos vamos a dejar de producir cosas y de contaminar la tierra. Vamos a volver al estado salvaje, a la sierra, colgarnos de los árboles y ser estrictamente vegetarianos. Dentro de dos generaciones nos habremos olvidado por completo del dióxido de cárbono, de los atascos, los http, las listas de boda del Corte Inglés y los mp3. Por fin viviremos tranquilos.

Entonces, de aquí a dos siglos, unos chimpancés del espacio, aficionados a la etología y de paseo por el planeta tierra, querrán experimentar con nosotros y pretenderán que nos aprendamos una sucesión de números. Meteremos entonces mucho empeño en no memorizar nada para poder seguir viviendo en paz y así nos negaremos a ser sus conejillas de India. Comeremos un sinfín de frutos exóticos y no tendremos que bajar los envases al contenedor de reciclaje, ¡qué paraíso!

Desde luego, esas dos noticias combinadas es una buena noticia, una buena noticia para la tierra, una manera de reconciliarse con el protocolo de Kyoto e incluso de aceptar las resoluciones de la conferencia sobre el cambio climático de Bali. A no ser, claro, que los monos desarrollen tanto su potencial mental que se pongan a inventar armas de destrucción masiva que acaben cuanto antes con el planeta.

Mientras tanto, seguiré cruzando noticias unas veces al mes hasta que una chimpancé becaria (la Mónica Levinski de las monas) me suplante ...