Wednesday, March 21, 2007


La letra pequeña de los países de cuento ...
(continuación del post anterior)

- Y mira, allí los tienes, recién llegados del curro. Acaban de bajar de la guagua con sus bolsas de la compra y se encaminan hacia sus viviendas.

- Ya no me parece un fotograma del show de Truman y aún menos un anuncio de Polaris World.

- Pues no, hija. Viven en el medio de la nada, a unos kilómetros de Puerto Rosario, la capital de Fuerteventura.

Les interrumpe el timbre del telefonillo. Es el cartero comercial. Hacen como si nadie hubiera llamado ya que no están interesadas en los anuncios del telepizza o del telechino ni en el minicatálogo de Ikea, "
promociones de primavera para terrazas y jardines". Comparten piso interior sin terraza ni siquiera macetas colgadas en la ventana.

- ¿Te crees que llegaron allí en patera?

- Ni idea, la verdad. No sé si llegaron arriesgando el pellejo o de modo más legal, pero me decantaría por la primera opción.

- Uf, a mí esa foto me parece triste. Es una imagen de desolación, de soledad aunque sean dos, pero no sé, tengo la intuición que vivían más felices en su país, ay, no sé. Igual vinieron de una tierra asolada por los conflictos en serie.

De nuevo el timbre del telefonillo. Cartero comercial. No es que el cartero siempre llame dos veces, es que carteros comerciales hay muchos. Carteros comerciales hay muchos y buzones cada vez menos. Hacen como si nadie hubiera llamado. No quieren saber nada de los "chollos del mes" de la inmejorable inmobiliaria Tecnocasa
.

- Tampoco te lo puedo decir. Lo único que sí sé es que no pudieron leer las letras pequeñas del cuento que les vendía desde el otro lado de la parabólica, ya sabes, el medio de vida europeo. Ahora están en el medio del Atlántico, en un isla yerma y azotada por el viento y lo tienen aún más difícil para salir que lo tenía el Truman de la película ...

foto sacada en Fuerteventura en abril del 2006 desde una guagua

4 comments:

Anonymous said...

Hay imágenes que sacuden las conciencias..
Y esta es una de ellas!!!

En definitiva quizás todos somos un poco culpables...¿no?


Besos mil.

@ELBLOGDERIPLEY said...

Hola Isa. Pues te comentaré con un diálogo de una peli de Fassbinder, que aquí se llamó "Todos nos llamamos Alí" y que en el original alemán era "El Miedo se come el alma" ("Angst essen Seele auf"): Es una mujer mayor, que se enamora de un jóven inmigrante argelino, o tunecino. El se empieza a quejar de un dolor tremendo en el estómago,y le llevan al hospital. La Sra. preocupada, le pregunta al médico que qué es lo que tiene, y el médico contesta:
"-úlcera. Les pasa a un tanto por ciento elevado de los inmigrantes, el primer año que están aquí..."
Curiosamente, el mejor enfoque sobre éste problema, lo leí en Le Monde, que decía, más o menos, que una de las mayores brechas entre el primer mundo y el que no lo es, sino la mayor, está en Canarias y el Norte de Africa/Europa.
Pero claro, el país más poderoso del mundo, no se dedica precisamente a ayudar a éstos países, y los siguientes lo imitamos todos. Lo peor es que siquiera existen para nosotros, que no existen para nadie. Es un tema muy complejo, la verdad...y muy triste.

Anonymous said...

Isa Hay! ay¡ AY colores asquerosos

Anonymous said...

Picora, gracias. La verdad es que la imagen me parece fuerte.

Ripley, thank a lot for the information.
Úlcera, síndrome de Úlises, sentido de desarraigo. La inmigración siempre conlleva la pérdida de algo aunque pueda brindar oportunidades. Y claro, la frontera entre España y Marruecos es brutal. El caso de Canarias es, quizá, menos brutal ya que las islas se encuentran geográficamente hablando en África y el choque cultural no sólo se mide con parámetros económicos, como la diferencia de PNB, sino también en términos de cambios climáticos y de paísaje.
Y los inmigrantes no sólo son africanos. En Fuerteventura, hablé con una joven chilena de Valparaiso que no aguantaba la aridez de la isla y añoraba los verdes paisajes de su país natal.

Chasquaito, hola, please ¿a qué colores asquerosos te refieres?